La espera terminó. Todos los que gozamos de su música, allá por lo 90's cuando eramos adolescentes y que nunca pensamos llegar a verlos en Lima, quedamos satisfechos ante la excelente performance, que ofreció la banda británica Oasis en el Estadio Nacional. Como ocurre en todo megaconcierto, las calles de Lima se habían hecho intransitables y el caos vehícular fue un verdadero dolor de cabeza. Algunos -como en mi caso- tuvimos que bajar del taxi ó el micro, unas ocho o diez cuadras antes del estadio y caminar, porque si esperábamos que la congestión descienda, el concierto hubiese terminado. Pese a todo, llegamos al estadio y aquí otro problema, las inmensas colas para acceder a las locaciones, muchos de ellos llevaban horas, a fin acceder a una mejor ubicación. Para nuestra suerte, el lugar donde nos ubicaríamos, tenía acceso rápido. No puedo decir lo mismo de las personas que iban a tribuna, muchos de ellos ingresaron a mitad de concierto. En mi ubicación, las personas eran generalmente de treinta ó cuarenta años, personas que vivieron en su época juvenil, el furor del grupo británico. También habían jóvenes, que quizás recién conocieron a la banda en el nuevo milenio y rápidamente se engancharon con su música. Eran las 9 y 05 de la noche y las luces del escenario se encendieron, el Nacional estalló en gritos y aplausos, los chicos de Oasis aparecieron y fue con Rock n' roll star, que dieron inicio a este concierto espectacular. Todos quedamos deslumbrados ante esta magnífica presentación, la gente -un promedio de 40 mil personas- vivía cada una de las canciones y celebraba con cuanta chela podía. Prosiguieron temas como The Shock of the Lightning, To be where there's life, Waitin for the rapture y Ain't got nothing. El furor se hizo mayor, cuando en su masticado español, Liam Gallagher saludó a todos con un "Buenas Noches Lima", luego hizo lo mismo su hermano Noel -con quien siempre anda en broncas- y otros miembros de la banda. Prosiguieron con Supersonic, Morning Glory, Don´t look back in anger y la euforia fue total con Wonderwall, una canción que a la gran mayoría nos trajo tremendos recuerdos, de una época inolvidable. Nadie quería que el concierto terminara, pero como buenos británicos, la hora es la hora y el concierto terminó a las 10 y 45 de la noche. Para el cierre tocaron el cover de Los Beatles, I am the Walrus. En un gesto único, Liam se bajó del escenario para saludar a algunos fans, haciendo caso omiso de la seguridad y desatando el delirio de los fans, que estaban tan cerca del vocalista. Al término de la canción, el grupo agradeció a todos los que asistimos y se despidieron rápidamente. Las luces se apagaron y lentamente se inició el camino para abandonar el estadio. Una vez más, Lima se convirtió en el centro de Sudamérica, Oasis lo logró y no defraudó a su público, valió la pena y ojalá puedan volver.

miércoles, 6 de mayo de 2009
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